La Sabiduría del Señor, personificada
by Unknown on Nov.22, 2009, under conocimiento, experiencia, inteligencia, sabiduría
Saben?, como todo Cristiano y por lo que nos dice la biblia, sabemos que la parte más importante en nuestra relación con Dios por Jesucristo, es el amor; amor hacia El primeramente y amor hacia nuestro prójimo; pero no cabe duda de que algo indispensable a la hora de servir a nuestro Señor y a la hora de “ser luz a las naciones”, hay algo que nos puede dar un toque de “sal” (por definirlo de una manera), un toque de sazón muy especial para testimonio de que en nosotros, más allá de que cometemos errores como cualquier ser humano, vive el Espíritu Santo; me refiero a la “sabiduría”. Cabe aclarar algo muy importante acerca de ésta excelsa virtud, ya que en éste mundo en el que vivimos las personas suelen confundir “sabiduría” con “conocimiento”, o con “inteligencia”, o sólo con “vivencias” u “experiencia”; pero la misma, no es ninguna de éstas cuatro por separado, sino las cuatro juntas dentro de un mismo cóctel. Quiero comenzar por “personificar” cada virtud que forma parte de la sabiduría, para poder ejemplificar cada fragmento de su composición, porque “inteligencia” me lleva a adquirir más conocimientos y de la mejor manera en menor tiempo; “conocimiento” me lleva a saber la parte ideal o teórica sobre un tema en particular; “vivencia” hace que yo corrobore que algo es cierto o incierto y “experiencia” hace que tenga la certeza de que lo que pienso y/o pongo por obra es verdaderamente fidedigno.
Habiendo personificado sus componentes por separado, como si se tratara de una receta de cocina (por ejemplo, una tarta de naranja INGREDIENTES: harina leudante, azúcar, manteca y esencia de vainilla) Voy a pasar a ejemplificar una personificación de la sabiduría que sale expuesta en la biblia, más específicamente en PROVERBIOS 8: 4 al 21. El objetivo de esto es imaginar por un momento que es el mismo Espíritu Santo es el que nos lo está diciendo en persona, para que tengamos en cuenta que si obtenemos sabiduría, también vamos a tener buenos frutos de todas las obras que llevemos a cabo:
Y para poner una “frutilla en el postre” podemos hacer alusión a los versículos 34, 35 y 36 del mismo capítulo (Bienaventurado el hombre que me escucha, Velando a mis puertas cada día, Aguardando a los postes de mis puertas. Porque el que me halle, hallará la vida, Y alcanzará el favor de Jehová. Mas el que peca contra mí, defrauda su alma; Todos los que me aborrecen aman la muerte).. para reforzar el hecho de que si, nosotros tomamos la iniciativa de pedir a Dios ésa sabiduría, podamos frente a cada situación de “tentación” o “lucha espiritual” tomar la decisión correcta, y obrar de la forma conveniente, para luego obtener buenos frutos de justicia y paz, de bendición y testimonio…
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Habiendo personificado sus componentes por separado, como si se tratara de una receta de cocina (por ejemplo, una tarta de naranja INGREDIENTES: harina leudante, azúcar, manteca y esencia de vainilla) Voy a pasar a ejemplificar una personificación de la sabiduría que sale expuesta en la biblia, más específicamente en PROVERBIOS 8: 4 al 21. El objetivo de esto es imaginar por un momento que es el mismo Espíritu Santo es el que nos lo está diciendo en persona, para que tengamos en cuenta que si obtenemos sabiduría, también vamos a tener buenos frutos de todas las obras que llevemos a cabo:
..Oh hombres, a vosotros clamo;
Dirijo mi voz a los hijos de los hombres.
Entended, oh simples, discreción;
Y vosotros, necios, entrad en cordura.
Oíd, porque hablaré cosas excelentes,
Y abriré mis labios para cosas rectas.
Porque mi boca hablará verdad,
Y la impiedad abominan mis labios.
Justas son todas las razones de mi boca;
No hay en ellas cosa perversa ni torcida.
Todas ellas son rectas al que entiende,
Y razonables a los que han hallado sabiduría.
Recibid mi enseñanza, y no plata;
Y ciencia antes que el oro escogido.
Porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas;
Y todo cuanto se puede desear, no es de compararse con ella.
Yo, la sabiduría, habito con la cordura,
Y hallo la ciencia de los consejos.
El temor de Jehová es aborrecer el mal;
La soberbia y la arrogancia, el mal camino,
Y la boca perversa, aborrezco.
Conmigo está el consejo y el buen juicio;
Yo soy la inteligencia; mío es el poder.
Por mí reinan los reyes,
Y los príncipes determinan justicia.
Por mí dominan los príncipes,
Y todos los gobernadores juzgan la tierra.
Yo amo a los que me aman,
Y me hallan los que temprano me buscan.
Las riquezas y la honra están conmigo;
Riquezas duraderas, y justicia.
Mejor es mi fruto que el oro, y que el oro refinado;
Y mi rédito mejor que la plata escogida.
Por vereda de justicia guiaré,
Por en medio de sendas de juicio,
Para hacer que los que me aman tengan su heredad,
Y que yo llene sus tesoros..
Dirijo mi voz a los hijos de los hombres.
Entended, oh simples, discreción;
Y vosotros, necios, entrad en cordura.
Oíd, porque hablaré cosas excelentes,
Y abriré mis labios para cosas rectas.
Porque mi boca hablará verdad,
Y la impiedad abominan mis labios.
Justas son todas las razones de mi boca;
No hay en ellas cosa perversa ni torcida.
Todas ellas son rectas al que entiende,
Y razonables a los que han hallado sabiduría.
Recibid mi enseñanza, y no plata;
Y ciencia antes que el oro escogido.
Porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas;
Y todo cuanto se puede desear, no es de compararse con ella.
Yo, la sabiduría, habito con la cordura,
Y hallo la ciencia de los consejos.
El temor de Jehová es aborrecer el mal;
La soberbia y la arrogancia, el mal camino,
Y la boca perversa, aborrezco.
Conmigo está el consejo y el buen juicio;
Yo soy la inteligencia; mío es el poder.
Por mí reinan los reyes,
Y los príncipes determinan justicia.
Por mí dominan los príncipes,
Y todos los gobernadores juzgan la tierra.
Yo amo a los que me aman,
Y me hallan los que temprano me buscan.
Las riquezas y la honra están conmigo;
Riquezas duraderas, y justicia.
Mejor es mi fruto que el oro, y que el oro refinado;
Y mi rédito mejor que la plata escogida.
Por vereda de justicia guiaré,
Por en medio de sendas de juicio,
Para hacer que los que me aman tengan su heredad,
Y que yo llene sus tesoros..
Y para poner una “frutilla en el postre” podemos hacer alusión a los versículos 34, 35 y 36 del mismo capítulo (Bienaventurado el hombre que me escucha, Velando a mis puertas cada día, Aguardando a los postes de mis puertas. Porque el que me halle, hallará la vida, Y alcanzará el favor de Jehová. Mas el que peca contra mí, defrauda su alma; Todos los que me aborrecen aman la muerte).. para reforzar el hecho de que si, nosotros tomamos la iniciativa de pedir a Dios ésa sabiduría, podamos frente a cada situación de “tentación” o “lucha espiritual” tomar la decisión correcta, y obrar de la forma conveniente, para luego obtener buenos frutos de justicia y paz, de bendición y testimonio…
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